Eduardo Tovilla es el apoyo a un grupo de niños en la ciudad de Puebla que gustan de este deporte.

En Match Point, estamos comprometidos con el apoyo a niños y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad. Creemos firmemente en el poder del deporte y la solidaridad para transformar vidas. Es por eso que hoy queremos compartir con ustedes una conmovedora historia de superación y generosidad, un relato que ilustra perfectamente el impacto positivo de nuestra misión.

La Fundación Santa Lucía ha marcado un antes y un después en las vidas de muchos niños afectados por cataratas, convirtiéndose en un verdadero faro de esperanza. Creada por Eduardo Tovilla Lara y el Dr. Víctor Toxqui, esta institución ha apoyado a aquellas familias con limitaciones económicas cuyos niños se encuentran batallando con problemas visuales.

La inspiradora jornada de Maité y su familia, beneficiarios de la fundación, refleja el impacto positivo de la acción social realizada. A continuación, presentamos algunos extractos de la entrevista con Maité, sus padres Juan Carlos Coatécatl Juárez y Martha Reyes Sánchez, y su hermana Melisa Coatécatl Reyes, quienes nos comparten su experiencia con la Fundación Santa Lucía.

  1. ¿Cuáles son los desafíos diarios que enfrentaba debido a la situación de Maité previo a la cirugía?

Juan Carlos: En un principio, no pensábamos que fuera algo complicado; tampoco queríamos creerlo, porque como padres siempre queremos que nuestros hijos estén bien. Personalmente, yo pensaba que ella no estaba malita.

  1. ¿Cómo se sentía respecto de la condición visual de su hija antes de la cirugía?

Martha: Yo no lo creía al principio. Me habían dicho que hasta los seis meses era normal que un bebé desviara su mirada o que viera hacia atrás; pero hubo amistades que me dijeron que mi nena no estaba bien, que tenía sus ojitos malitos y que debía de llevarla a que la checaran. Fue así como comencé a tomar más en serio el asunto y a reconocer que tenía un problema en su vista.

Juan Carlos: Me preocupé por su salud, realmente no sabía qué iba a pasar con su situación. La verdad no la habíamos llevado a ningún especialista, a ningún doctor. No sabíamos qué iba a seguir.

  1. Antes de la Fundación Santa Lucía, ¿buscaron apoyo en otros lados o tocaron otras puertas?

Juan Carlos: Empezamos a platicarlo con nuestros familiares. Entonces llegó a oídos de mi mamá, que para ese entonces trabajaba con el doctor Toxqui, quien participó en la operación. Le comentó el caso, nos mandaron a llamar para evaluar a Maité y nos dijeron que era candidata para la operación.

  1. ¿Fue esperanzador para ustedes encontrar esta oportunidad para la cirugía?

Juan Carlos: Sí, por nuestros propios medios no habríamos podido operarla. No sé cuánto cuesta la operación, pero cualquier operación es bastante cara, y con los trabajos que he tenido habría sido imposible pagarla. Tal vez me pude haber movido para conseguir un crédito, pero gracias a Dios, a que mi tía abogó por nosotros, al doctor Toxqui, al señor Eduardo Tovilla y a todos los que fueron partícipes de esta situación, mi niña está bien.

  1. ¿A qué se dedican? 

Juan Carlos: Actualmente, cuido de 8 am a 3:30 pm unos baños públicos y por las tardes me dedico a tocar y cantar en los microbuses para ganar alguna propina. Como yo no tengo ninguna carrera ni nada por el estilo, me sirve para llevar a casa lo básico para mis dos hijas y esposa.

Martha: En mi caso, soy ama de casa, cuido de las niñas. 

  1. ¿Cómo describirían su experiencia con la Fundación, desde el primer contacto hasta que operaron a Maité? 

Juan Carlos: Fue increíble, un gran alivio. Cuando nos dijeron que iban a operar a nuestra hija y que no debíamos preocuparnos por los gastos, sentimos que nos quitaron un gran peso de encima. Sentimos esperanza de que Maité pudiera ver como cualquiera de nosotros. Sí batallamos los días anteriores y posteriores a la operación porque debía de tener los ojos vendados, pero ella es una niña muy valiente; fue consciente de que era por su bien. 

  1. ¿Qué cambios positivos han notado en su desempeño escolar, en cómo ha vivido su situación escolar, social, con sus amiguitos?

Martha: De repente es tímida, a veces quiere hablar. En el kínder, la maestra me preguntó si Maité tenía algún problema visual y le conté sobre su operación. Me preguntó que si no había notado que le costaba trabajo ver de lejos. Y sí, el doctor nos comentó que después de la cirugía iba a requerir lentes, pero eso no lo íbamos a saber hasta que ella entrara a la escuela. Entonces la llevamos a un laboratorio para que le hicieran su estudio de la vista y le graduaran sus lentes. Lleva un año exacto con ellos y la operación fue hace cuatro años.

  1. ¿Esto ha tenido un beneficio en su dinámica familiar?

Juan Carlos: Ahora que tiene sus lentes hay mucha más tranquilidad; no se los quita; está contenta y nos gusta verla feliz. Yo sé que a lo mejor no le hemos dado todo materialmente hablando, pero como padres hemos tratado de estar presentes. Además, ya no descuidamos a nuestra hija mayor por estar enfocados en Maité. 

También jugamos más. Cuando llego de trabajar, Maité me pide que juguemos al restaurante: ella me trae sopa, chilaquiles y otros platillos que inventa.

Martha: Estamos más unidos como familia. Hacemos cosas: nos gusta ver películas, salimos a la calle a comer algún antojito, cosas así. 

Melisa: Me da mucho gusto ver a mi hermana feliz; me daba tristeza verla con su problema.

  1. Considerando que su persistencia fue fundamental para Maité, ¿qué consejo les darían a otros padres que enfrentan una situación similar?

Juan Carlos: Que si se les presenta una oportunidad como la nuestra, que la tomen; no se presentan dos veces en la vida. Si alguien como el señor Eduardo o la Fundación Santa Lucía les está tendiendo la mano, deben tomarla. Es un regalo de vida. El señor Eduardo es para nosotros como un ángel, no cualquier persona habría hecho lo que él hizo. Él y su familia fueron muy amables. 

Martha: Como mamá, me siento muy agradecida con Dios, porque yo sé que no fue casualidad, él nos envió al señor Eduardo para que nos apoyara. Estamos muy agradecidos con él por todo el apoyo que le dio a nuestra hija.

Esta entrevista es un testimonio poderoso de cómo la persistencia y el apoyo comunitario pueden transformar vidas. Eduardo Tovilla Lara nos mencionó que les hubiera encantado escuchar a Maité relatar su experiencia en primera persona. Sin embargo, como nos explicaron sus padres, la timidez suele superarla y esta ocasión no fue la excepción.

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