Eduardo Tovilla es el apoyo a un grupo de niños en la ciudad de Puebla que gustan de este deporte.

Traemos a este espacio, una vez más, la historia de superación de Jesús León Flores, apoyado, entre otras personas, por Eduardo Tovilla, socio fundador de un club de pádel en Puebla. 

Día de la entrevista

Jesús, conocido cariñosamente como Chuchín, está celebrando su noveno cumpleaños en el patio de su casa, rodeado de sus primos y su madre. Desde su nacimiento, Chuchín ha vivido con un estrabismo congénito causado por un tendón mal desarrollado. Este desafío, sin embargo, no ha disminuido su alegría ni su actitud positiva.

A pesar de ser consciente de la condición de su hijo, su madre optó por no someterlo a una cirugía debido a los riesgos que este corría. Esta decisión, aunque tomada con amor y preocupación, influyó en que Chuchín no estudiara preescolar y comenzara su recorrido escolar en la primaria.

Los primeros años de escuela de Chuchín fueron todo un reto. Su visión distorsionada hacía difícil su aprendizaje: “le costaba trabajo poner atención y al escribir sobre un renglón, terminaba escribiendo en vertical”, mientras que las burlas de algunos de sus compañeros de clase minaban su autoestima. Aún con esto, Chuchín demostró una valentía admirable y siguió dando lo mejor de sí mismo todos los días.

Fue durante una clase de recuperación cuando se produjo un parteaguas en la vida de Chuchín. Una de sus maestras, conmovida por su carácter y determinación, motivó a la  madre de Jesús a buscar ayuda para corregir su estrabismo, por lo que buscó apoyo en todas partes, incluso en la presidencia de su municipio.

“Después de dos años de espera finalmente encontramos una luz al final del túnel” cuenta su madre. Una fundación en Tlaxcala se ofreció a brindar la ayuda necesaria “para que Chuchín pudiera someterse a la cirugía que tanto necesitaba”. Fue un momento de alegría y alivio para toda la familia, pues era la oportunidad que tanto habían esperado para que Jesús llevara una vida normal. Sin embargo, el camino hacia la cirugía estuvo plagado de obstáculos.  

Por los nervios, Chuchín enfrentó varios contratiempos de salud que obligaron a posponer dos veces el procedimiento, desde simples resfriados hasta problemas estomacales. Afortunadamente, su madre mantuvo la fe y determinación para seguir adelante, convencida de que la cirugía era la mejor opción para su hijo.

Finalmente, el 23 de octubre de 2023, llegó el día esperado. Chuchín fue ingresado al hospital para someterse a la cirugía que cambiaría su vida para siempre. A pesar de los nervios y el miedo, su valentía nunca flaqueó. La operación fue un éxito, y aunque enfrentó algunos días de incomodidad y dolor, se recuperó rápidamente.

Con el paso de los días y las semanas, Chuchín comenzó a experimentar los primeros signos de mejoría. Su visión se volvió más clara y nítida, y poco a poco comenzó a ver el mundo con nuevos ojos. Para él, fue todo un descubrimiento, lleno de posibilidades y oportunidades.

El regreso a la escuela fue un hito importante en la vida de Chuchín. Con su nueva visión y renovada confianza, se dedicó a sus estudios con entusiasmo y determinación. Pronto se hizo amigo de muchos de sus compañeros de clase, quienes lo aceptaron con los brazos abiertos y lo apoyaron en cada paso del camino. No obstante, lo más emocionante para Chuchín fue descubrir su pasión por el futbol. Hoy, cada gol y cada victoria son motivo de alegría y celebración, tanto por el equipo como por su nueva vida.

Hoy en día, Chuchín mira hacia el futuro con optimismo y esperanza. Sueña con convertirse en un gran futbolista algún día, inspirando a otros con su historia de valentía y superación. Para él, el cielo es el límite, y no hay nada que no pueda lograr si se lo propone.

Su madre, por su parte, está llena de gratitud y alegría por el milagro que ha ocurrido en la vida de su hijo. Cada día, celebra la oportunidad de ver a Chuchín crecer y florecer ante sus propios ojos, agradecida por “la bondad y la generosidad de quienes les tendieron una mano en los momentos más difíciles”, personas entre las que está Eduardo Tovilla y que califica como “unos ángeles que, sin conocerlos, les cambiaron la vida”.

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