En Match Point creemos firmemente en el poder del deporte para cambiar vidas, por eso dedicamos este espacio para impulsar el mismo. Esta vez, compartimos con ustedes una experiencia más de uno de los promotores del pádel, Eduardo Tovilla, quien dejó por un momento la red por el aro. Motivado por la transformación social que el deporte puede acarrear, llevó a cabo un nuevo proyecto vinculado con el básquetbol.

Hay estudios que corroboran que el deporte es un medio eficaz para prevenir actos delictivos y desviar a jóvenes y adolescentes de las drogas, por ejemplo. Además, actúa como un distractor positivo, pues nos ayuda a no pensar en nuestros problemas o a olvidarnos de ellos aunque sea por un momento. El deporte también fomenta la camaradería y la unión. Sin duda, hay motivos de sobra para su promoción.

No es lo mismo jugar al fútbol con una botella de refresco o un balón improvisado que con un balón profesional; definitivamente se disfruta menos, pero por lo menos es posible. En el caso del básquet, es muy difícil encontrar un sustituto del balón que permita jugarlo tal cual y no sólo encestar. Bajo esta idea, uno de los proyectos más recientes de Eduardo Tovilla es el apoyo a un grupo de niños en la ciudad de Puebla que gustan de este deporte.

A través de un amigo, Eduardo Tovilla supo que los niños solían practicar básquet todas las tardes en su colonia, pero sin conocer las reglas básicas del juego y con equipo improvisado. A menudo se quedaban sin jugar porque el balón que tenían se pinchaba y no era fácil reemplazarlo. El amigo de Tovilla, sabiendo sobre su interés por ciertas causas, le preguntó si estaría dispuesto a ayudar a los niños con equipamiento, pero este decidió ir más allá, con ayuda de su esposa Lina, contactó a una profesora de educación física llamada Xóchitl para que les diera clases los lunes, miércoles y viernes de 5 a 6 de la tarde. Además, se encargó de rentar un espacio adecuado para que pudieran practicar de manera segura y sin preocuparse del clima.

Son alrededor de 20 niños los que están entrenando, y según la profesora, todo se desarrolla en un ambiente de compañerismo y disciplina. Muchos de los niños que practican son de familias de bajos recursos y enfrentan desafíos diarios complicados. Sin embargo, el básquet les ofrece una vía de escape y una forma de canalizar su energía positivamente.

Muchas historias de jugadores de básquet profesional tienen un denominador común: la falta de recursos. Sin el fomento del deporte, no habrían llegado donde están. Un ejemplo notable es Dennis Rodman, quien creció en un ambiente difícil y encontró en el básquet una salida a sus problemas, llegando a convertirse en una estrella de la NBA. Rodman, quien vivió una infancia con muchas limitaciones, encontró en el deporte una carrera, un propósito y una forma de vida que lo alejaron de un futuro que pudo ser muy destructivo.

El impacto positivo del deporte en la vida de los jóvenes no se discute. Como lo mencionamos antes, está demostrado que los niños y adolescentes que participan regularmente en actividades deportivas tienen menos probabilidades de involucrarse en comportamientos delictivos, son más propensos a terminar la escuela y desarrollan habilidades sociales y de liderazgo que les sirven a lo largo de su vida.

Así que nos da mucho gusto que personas como Eduardo Tovilla estén poniendo su grano de arena. Quién sabe, tal vez de estos entrenamientos salga alguien que en algunos años haga su debut en la liga profesional de básquet de México o incluso en la NBA. Uno nunca sabe el alcance que puede tener el apoyo al deporte en la vida de estos jóvenes. Pero bueno, más allá de la posibilidad de que alguno de ellos se convierta en un atleta profesional, lo importante es darles una oportunidad de crecimiento personal, de aprender valores como el trabajo en equipo, la perseverancia y la disciplina, y de construir un futuro mejor para ellos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *