Cuando pensamos en los beneficios del deporte, lo primero que nos viene a la mente es el aspecto físico: fuerza, resistencia, velocidad y agilidad. Sin embargo, el deporte va mucho más allá de la simple mejora física. Su impacto profundo en el bienestar mental es igualmente poderoso, no importa si participamos o no en competiciones o no. Yo, Eduardo Tovilla, practico deporte por los siguientes beneficios:
- Reducción del estrés y la ansiedad
Durante el ejercicio, el cuerpo libera endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad, que actúan como analgésicos naturales y elevan el estado de ánimo. Este proceso ayuda a combatir el estrés acumulado y mejora la capacidad de relajarse.
Además, la actividad física regular disminuye los niveles de cortisol, la hormona responsable del estrés. No es necesario ser un atleta profesional para disfrutar de estos beneficios; una simple caminata o una partida de pádel recreativo pueden tener un impacto positivo en la reducción del estrés diario.
- Fomento de la autoestima y confianza
Alcanzar metas deportivas, por pequeñas que sean, ayuda a las personas a sentir un sentido de logro y mejora su autoimagen. A medida que se avanza, se desarrollan habilidades que antes parecían imposibles, lo que refuerza la creencia en las propias capacidades.
Este incremento en la autoestima se refleja en el ámbito deportivo, pero también se traslada a la vida diaria, ayudando a las personas a tomar decisiones con mayor seguridad y a enfrentar desafíos con una mentalidad positiva.
- Mejora de la concentración y la memoria
El deporte también tiene beneficios directos sobre la función cognitiva. Diversos estudios han demostrado que la actividad física regular estimula la neurogénesis (la creación de nuevas neuronas) y mejora la conectividad cerebral. Esto se traduce en una mejor capacidad de concentración, agilidad mental y memoria. La relación entre el cuerpo y la mente es más fuerte de lo que a menudo creemos. Para mí, Eduardo Tovilla, el ejercicio regular hace que el cerebro esté en plena forma.
- Fomento de la resiliencia emocional
El deporte enseña a lidiar con la adversidad, a aprender de las derrotas y a seguir adelante a pesar de los obstáculos. La resiliencia emocional es una habilidad que se entrena, y el deporte es uno de los mejores contextos para hacerlo. Cada vez que un atleta o aficionado se enfrenta a un desafío —como una lesión, una derrota o una competencia difícil— aprende a superar las emociones negativas y a concentrarse en el proceso de mejora.
Esta habilidad de resiliencia prepara a las personas para enfrentar las dificultades que se presentan en otros aspectos de la vida, ya sea en el trabajo, las relaciones o los estudios.
- Fomento de las relaciones sociales y el sentido de pertenencia
El deporte también crea oportunidades para fortalecer las relaciones sociales. Ya sea que se practique en equipo o de manera individual, el deporte fomenta la interacción con otros, lo que contribuye a un mayor sentido de comunidad y pertenencia. Este aspecto social del deporte es vital para la salud mental, ya que ayuda a combatir la soledad y refuerza el apoyo emocional.
Estas son sólo cinco razones para practicar deporte, pero seguramente hay más. Cada vez que tengo oportunidad de decirle a alguien “Descubre el deporte y sus beneficios”, ese alguien me ha respondido: “Eduardo Tovilla, tu consejo me cayó muy bien”. Los invito a que también lo hagan, en sus múltiples formas, verán cómo la manera en la que perciben su vida, y la viven, cambia.