La historia de Howard Schultz, el ex CEO de Starbucks, llama particularmente mi atención porque el deporte tuvo un impacto significativo en su carrera y en su forma de liderar. Schultz solía jugar baloncesto durante su juventud y, a pesar de que no llegó a ser profesional, la disciplina y el trabajo en equipo que aprendió en la cancha fueron claves en su éxito empresarial. Schultz cuenta que cada partido le enseñaba la importancia de estar en sintonía con su equipo, de tomar decisiones bajo presión y de mantener la calma incluso en los momentos más difíciles. Esto es algo que, según él, llevó directamente al entorno de trabajo en Starbucks, donde fomentó una cultura colaborativa y una toma de decisiones rápida y efectiva. Esta historia me hizo reflexionar profundamente sobre cómo la práctica de un deporte puede influir de manera positiva en muchos aspectos de la vida, especialmente en el entorno laboral.

El ánimo y la actitud positiva

Cuando se trata de ánimo, el deporte tiene un poder casi mágico. Iniciar el día con una rutina de ejercicio, como una carrera ligera o una sesión de gimnasio, genera energía y, más importante aún, claridad mental. Esa sensación de logro temprano se traslada al resto del día. Un estudio de Gallup revela que las personas que hacen ejercicio al menos tres veces por semana tienen un 30% menos probabilidades de experimentar tristeza o estrés en comparación con quienes no practican ninguna actividad física.

Al igual que Schultz en su época de baloncesto, muchos líderes empresariales han descubierto que el deporte los ayuda a mantenerse enfocados y con una actitud positiva. El exfutbolista y empresario Alex Ferguson afirmó que “el deporte te enseña a perder con gracia y a ganar con humildad”, y esos valores son esenciales en el mundo laboral, donde los éxitos y los fracasos son parte del día a día. El deporte permite enfrentar mejor los retos y encontrar soluciones, una habilidad invaluable para cualquier colaborador.

Salud: la clave del rendimiento a largo plazo

La salud es uno de los mayores beneficios que el deporte puede aportar a un colaborador. Mantener una rutina de actividad física regular mejora el bienestar a corto plazo, pero también es una inversión en la salud futura. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física reduce el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas. En el entorno laboral, esto se traduce en menos bajas por enfermedad, mayor energía y una mejora general en la productividad.

En el caso de Howard Schultz, su rutina de ejercicios lo ayudó a manejar el estrés en los momentos más críticos de su carrera, manteniéndolo enfocado en las decisiones importantes que debía tomar. Esto coincide con los hallazgos de Gallup, que indican que los empleados que practican actividad física con regularidad reportan un 41% menos de absentismo y un mayor compromiso con su trabajo. La salud física y mental permite que los colaboradores rindan mejor y enfrenten los retos con mayor resiliencia.

Toma de decisiones y actitud de líder

El deporte también enseña lecciones invaluables sobre la toma de decisiones y el liderazgo. Durante una competencia, los atletas deben tomar decisiones rápidas y estratégicas bajo presión, lo que los prepara para momentos críticos en sus vidas profesionales. Howard Schultz compartió en una entrevista que su experiencia como jugador de baloncesto le ayudó a tomar decisiones rápidas y efectivas durante la expansión global de Starbucks, especialmente cuando enfrentaba crisis.

De manera similar, John Wooden, legendario entrenador de baloncesto, mencionó en su libro Wooden on Leadership que “el éxito en el deporte es el resultado de la preparación, la consistencia y la capacidad de tomar decisiones bajo presión”. En el mundo laboral, los líderes que han practicado deportes tienden a ser más resilientes y están mejor equipados para manejar situaciones estresantes. Esto se traduce en una toma de decisiones más ágil y eficiente en el entorno de trabajo, algo que cualquier equipo de colaboradores agradece.

Trabajo en equipo: la lección más valiosa

El trabajo en equipo es probablemente la lección más grande que cualquier persona puede aprender de un deporte. Yo, Eduardo Tovilla, la trato de aplicar en mi día a día. En la cancha, ningún jugador puede ganar solo; se necesita una coordinación perfecta con el equipo para lograr los objetivos. Este concepto es igualmente aplicable al entorno laboral, donde la colaboración efectiva es clave para el éxito.

Volviendo a la historia de Howard Schultz, una de las filosofías que llevó a Starbucks fue la importancia de “jugar en equipo”. Según él, su experiencia en el baloncesto le enseñó que un equipo bien coordinado puede superar cualquier obstáculo, lo que aplicó en su empresa al fomentar una cultura colaborativa. Esta es una enseñanza que refuerza Simon Sinek en su libro Los líderes comen al final, donde menciona que “un equipo fuerte es aquel en el que los líderes se aseguran de que todos estén alineados hacia el mismo objetivo”.

Estudios de Gallup respaldan esta idea, mostrando que las empresas que promueven una cultura de trabajo en equipo tienen un 21% más de productividad y hasta un 41% menos de errores en la ejecución de tareas. Los deportes enseñan a los colaboradores a confiar en los demás, a comunicar mejor sus ideas y a encontrar soluciones conjuntas, habilidades indispensables en cualquier organización.

La práctica del deporte influye en nuestra salud física, y tiene un impacto profundo en nuestras emociones, toma de decisiones, capacidad de liderazgo y trabajo en equipo. En el caso de figuras como Howard Schultz o Alex Ferguson, el deporte les enseñó lecciones valiosas que aplicaron en sus carreras, desde la resistencia ante la adversidad hasta la importancia de un liderazgo colaborativo.

Ya sea que practiques un deporte individual o en equipo, los beneficios van mucho más allá de lo físico. El deporte es una herramienta integral que puede transformar la forma en que lideras, trabajas y tomas decisiones en el entorno laboral. Desde que aprendí esto, me repito: Eduardo Tovilla, siempre que te pongas tus zapatillas para correr o entres a una cancha de pádel, recuerda que, además de invertir en tu salud, estás invirtiendo en tu carrera profesional.

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