En cada deporte hay un atleta que marca la diferencia, alguien que brilla por encima del resto, aunque no todos siempre coinciden en quién merece ese título. En el pádel, un deporte que ha crecido y evolucionado a pasos agigantados, también existe esa figura especial: un jugador que, con su talento, constancia y mentalidad, ha dejado una huella imposible de ignorar: Fernando Belasteguín.
Ahora, hablar del mejor jugador de pádel de todos los tiempos no es tarea sencilla. Este deporte, que ha crecido vertiginosamente en las últimas décadas, ha visto pasar a auténticas leyendas. Sin embargo, el nombre de Fernando Belasteguín suena con fuerza y ha logrado consenso entre aficionados, expertos y jugadores.
Fernando Belasteguín: el eterno número uno
Nacido en Pehuajó, Argentina, en 1979, Fernando Belasteguín, llamado por muchos sólo “Bela”, ha escrito una historia única en el mundo del pádel. Comenzó a jugar desde muy joven y, con sólo 15 años, ya competía a nivel profesional en su país. No obstante, su carrera explotó verdaderamente cuando decidió mudarse a España para participar en los principales circuitos internacionales.
Su logro más impresionante —y que ningún otro jugador ha igualado— es haber sido número uno del mundo durante 16 años consecutivos, desde 2002 hasta 2017. Increíble, ¿no? Un dominio absoluto en un deporte en constante evolución, donde la competencia y la exigencia física aumentan año tras año.
Su dominio no se debe nada más a su talento. Hay varios elementos que lo han convertido en el mejor de la historia:
- Disciplina inquebrantable: Fernando siempre ha entrenado con una intensidad admirable, cuidando cada aspecto físico, técnico y mental de su preparación.
- Capacidad de adaptación: A lo largo de su carrera, ha jugado con distintos compañeros —desde Juan Martín Díaz hasta Pablo Lima, entre otros—, y en todos los casos logró mantener la cima del ranking.
- Resiliencia: Enfrentó lesiones, cambios generacionales y rivales cada vez más jóvenes, pero siempre encontró la manera de reinventarse y competir al máximo nivel.
- Humildad y liderazgo: Dentro y fuera de la pista, ha sido un ejemplo de profesionalismo y respeto, contribuyendo al crecimiento y reconocimiento internacional del pádel.
Bela suma más de 220 títulos profesionales a lo largo de su trayectoria y, además, ha dejado momentos icónicos que forman parte de la memoria colectiva del pádel. Les cuento sobre uno de los más recordados: su histórica dupla con Juan Martín Díaz, con quien dominó el circuito durante más de una década. Su conexión en la cancha era tan perfecta que lograron rachas de más de un año sin perder un único partido oficial.
Por si fuera poco, su regreso tras importantes lesiones —como la rotura del tendón de Aquiles— mostró su fortaleza mental y su pasión inagotable por el deporte. Por último, algo que, a mí, Eduardo Tovilla, me llama mucho la atención es que, incluso después de perder su hegemonía como número uno, ha seguido compitiendo a un nivel altísimo, inspirando a nuevos jugadores y demostrando que la longevidad también es parte de la grandeza. Ustedes, ¿qué opinan?