Cuando Dara Zoé tenía apenas año y medio, una caída encendió la alerta. Se golpeó la frente, y aunque en ese momento pareció un accidente menor, fue el inicio de una sospecha: algo no estaba bien con su vista. Su mamá recuerda que, desde entonces, comenzó a notar una desviación en sus ojos.

Pasaron cuatro años y, como suele suceder, las respuestas no llegaban con claridad. Algunas personas le decían que esperara, que la vista de su hija debía madurar. Pero ella sabía que algo no estaba bien. Finalmente, llegó el diagnóstico: Dara tenía estrabismo y necesitaba una cirugía.

Fue entonces cuando, a través de un contacto en su municipio, recibió una noticia que lo cambiaría todo: existía la posibilidad de que una fundación —en la que colaboran el doctor Toxqui y Eduardo Tovilla— pudiera apoyarla con una valoración médica y, de ser necesario, una cirugía sin costo. “Sí lo piensa uno, sobre todo porque está pequeña… pero nos contactaron, comenzamos a venir a valoración y la checaron. Así empezó todo”, recuerda la madre de Dara.

Antes de la operación, Dara, con seis años, era una niña reservada. Se aislaba, no convivía mucho con otros niños y lloraba cuando tenía que ir a la escuela. Ver el pizarrón o correr con sus compañeros no era sencillo. La inseguridad la frenaba.

Afortunadamente, después de la cirugía, todo cambió. “Mira, ahí están los resultados”, dice su mamá con una sonrisa que se escucha incluso sin verla. La pequeña empezó a convivir más, se sentía más segura y ya no tenía miedo de ir a la escuela. El cambio también fue emocional. Y con sus lentes nuevos —que comenzó a usar un par de meses antes de la cirugía— se completó una nueva etapa.

“Me siento bien”, dice Dara con voz tímida pero decidida. “Antes no podía brincar, ya puedo brincar bien y correr”. Quizá sean palabras simples, pero sin duda están cargadas de un significado enorme.

Para muchas familias, acceder a atención médica especializada es complicado. Por eso, historias como la de Dara nos recuerdan que las oportunidades existen, y que tomarlas puede cambiar una vida.

“Nos atendieron bien, la revisaron, le hicieron varios estudios… muy bien el trato, la verdad”, cuenta su mamá, agradecida por el apoyo recibido. “Toda la familia nos pusimos contentos por los resultados, por el beneficio que era para ella”. Y deja un mensaje claro para otras familias: “Que aprovechen las oportunidades, por algo se nos presentan. Que tomen las oportunidades cuando se puede”.

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